Comprando leche en el supermercado para utilizarla en el proceso de macerado de un lomo de corzo que conservo en el congelador y del que os hablaré en otro artículo. Me di cuenta de que ahora toda la leche que tenía a mi alcance era de vaca, de oveja y de cabra. Levante la mirada y vi en otro estante una colección de bebidas de avena, soja y arroz que antes también acostumbraba a ver entremezcladas entre las marcas de leche.
Pregunté entonces al encargado de aquella sección y me aclaró que desde hace un tiempo la legislación había cambiado y que ya no había leches vegetales, sino simplemente bebidas de origen vegetal.
Tras una consulta rápida en mi móvil, encontré varias noticias que hacían referencia a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de junio de 2017 . Que dice textualmente lo siguiente: «Los productos puramente vegetales no pueden -en principio- comercializarse con designaciones como «leche», «crema», «mantequilla», «queso» o «yogur»», que están reservados por la legislación de la UE para productos animales.
Esta sentencia es consecuencia de una demanda interpuesta por la asociación alemana de defensa de la competencia Verband Sozialer Wettbewerb contra la empresa comercializadora de productos para veganos TofuTown.
Seguí haciendo mi compra y en otra sección del supermercado pude ver un paquete con una sugerente foto de una hamburguesa. Pero que decía estar hecha de seitán y cebolla. Dando rienda suelta a mi curiosidad, lo cogí en la mano y leí lo que decía. La letra pequeña de la etiqueta del producto y con gran sorpresa pude ver que aquello era prácticamente en su totalidad gluten bajo el pseudónimo comercial de seitán.
Para los que no lo sepan, el seitán es un alimento ultraprocesado que según muchos expertos no es precisamente la forma más saludable de consumir proteínas. Además es altamente alergénico y con un altísimo contenido en sodio. Porque tan solo media taza de seitán contiene el 25% de la dosis diaria de sodio recomendada para una dieta mínimamente saludable. En la etiqueta aparecían otros ingredientes acompañando al gluten, como son el azúcar y aditivos de los considerados o no poco saludables.
Aún no he visto en ningún sitio un “magret de pato” o un “lomo de corzo” hechos de seitán. Pero visto lo que pasó con los productos lácteos en su día, no estaría de más que desde el sector cárnico se reclame lo mismo. Para cerrar las puertas a esta moda que realmente oculta una hábil maniobra comercial para tratar de hacerse con una parte del mercado de los productos cárnicos, a consta de la salud de los confiados consumidores que creen que el veganismo es siempre sinónimo de saludable.
Nada es más saludable que nuestra carne de caza. Así que empecemos a defenderla antes de que intenten apropiarse de su nombre para volverla contra nosotros mismos.