Parta el conejo en trozos.
En poco aceite, bien caliente, dore los trozos hasta que queden bien doraditos. Resérvelos.
Añada algo más de aceite y pochę la cebolla, el ajo y la zanahoria hasta que comiencen a perder la vergüenza.
Añada los trozos de conejo, una hoja de laurel, pimienta en grano y prémielo todo con un orballo de tomillo y romero. Sale a gusto.
Rehogar. Añadir dos vasitos de vino fino de Jerez.
Cuando reduzca el alcohol se añade caldo de verduras o de pollo o agua en su defecto.
Se deja a fuego manso hasta que esté tierno.
Autor: Antonio Doce Feliz